Las cajas en las que vayan a ser transportadas necesitan agujeros para que puedan respirar y deben estar debidamente acolchadas con goma espuma o plástico de burbujas. Las cajas estarán condicionadas por el tamaño de las macetas, tanto por su altura, anchura y peso.
Es aconsejable reducir el riego de las plantas en los días previos a la mudanza. Esto permite que las plantas se vayan acostumbrando al cambio de clima y además así no mojarán nada durante el transporte.
Durante el viaje las cajas de las plantas deben ir colocadas encima de las otras cajas para no sufrir daños por aplastamiento. También hay que considerar qué plantas son más resistentes y cuáles más delicadas para proteger concienzudamente a las más frágiles. Hay que intentar reducir al máximo el contacto con el exterior para evitar que las ramas sufran daños.
A la llegada hay que colocarlas en un lugar adecuado y regarlas para que se recuperen lo antes posible.
